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En un contexto global en el que la transformación digital es una realidad imparable, la inteligencia artificial (IA) se ha convertido en una herramienta imprescindible para mejorar la eficiencia, la calidad de los servicios y la toma de decisiones en las administraciones públicas. La Autoridad Metropolitana del Transporte de Barcelona (ATM) no es ajena a esta tendencia y se está planteando cómo incorporar a esta familia de tecnologías de manera estratégica y responsable; este artículo pretende ilustrar cómo un consorcio público se plantea la adopción del IA de forma sostenible y con una visión de aportación de valor.

Para la ATM de Barcelona, el enfoque de adopción del IA se basa en tres principios clave que aseguran un uso ético, sostenible y alineado con los valores de la administración pública:

  1. Implantar una IA sostenible a nivel social, económico y medioambiental. La sostenibilidad debe ser un eje central en la implementación de la IA en la administración pública y esto implica garantizar que beneficie a todos los ciudadanos, sin exclusiones ni desigualdades, asegurar que los costes estén justificados por los beneficios que aporta, y reducir la huella de carbono asociada a la IA, priorizando el uso de energías renovables y optimizando el consumo energético de los sistemas.
  2. Aplicar una IA inclusiva y plural, libre de sesgos y alineada con los valores humanos. La IA debe ser una herramienta que promueva la inclusividad y la igualdad. Por eso, la ATM debe comprometerse a diseñar sistemas que no perpetúen desigualdades y que tengan en cuenta la diversidad de la población. Además, es fundamental garantizar la transparencia y la privacidad, asegurando que los ciudadanos puedan confiar en la IA y comprender cómo se toman las decisiones. Los sistemas de IA deben ser explicables, de modo que los usuarios puedan entender sus acciones y decisiones. En este sentido, es imprescindible que la ATM establezca mecanismos de supervisión sobre los algoritmos proporcionados por terceros, exigiendo a los proveedores una documentación clara sobre el funcionamiento de estos sistemas, los criterios de toma de decisiones y las medidas aplicadas para mitigar posibles sesgos. Esto no sólo asegurará un control riguroso, sino que también reforzará la confianza de los ciudadanos y usuarios de movilidad en las soluciones de IA empleadas en los servicios públicos.
  3. Fomentar un uso prudente y responsable de la IA. La IA no es una solución universal, sino una herramienta que debe aplicarse de forma selectiva e inteligente y, por tanto, debe promoverse su uso sólo cuando su beneficio supere ampliamente su coste, tanto económico como social o ambiental. Además es crucial que sea una herramienta al servicio de la administración pública, sin sustituir el criterio humano ni la responsabilidad de los gestores. Por ello, deben establecerse mecanismos de control y evaluación para garantizar que la IA se utiliza de forma responsable y eficiente. La ATM deberá garantizar que los algoritmos empleados en sus servicios cumplen con la normativa vigente en materia de seguridad, protección de datos personales y no discriminación. La implementación de una política de transparencia en el uso de IA, que incluya auditorías periódicas e informes accesibles para los ciudadanos, contribuirá a un modelo de inteligencia artificial más seguro y equitativo.

Con el fin de aplicar estos principios, la ATM deberá definir una visión clara de los objetivos que quiere alcanzar con la IA, identificando áreas clave como la gestión del transporte público, la movilidad sostenible o la caracterización y planificación de la movilidad. Esta visión debe estar alineada con los valores de la administración pública: transparencia, equidad, eficiencia y servicio en la comunidad. Por ejemplo, la IA podría ayudar a optimizar las rutas de transporte público en tiempo real de forma integrada, reduciendo los tiempos de espera y mejorando la experiencia de los usuarios.

La adopción de la IA no es un camino que pueda recorrerse en solitario, por lo que la ATM debe plantear la colaboración estrecha con otras administraciones, universidades, centros de investigación y empresas tecnológicas para compartir conocimientos, recursos y experiencias. Esta colaboración debe facilitar no sólo el acceso a soluciones innovadoras sino también asegurar que la implementación de la IA sea inclusiva y beneficiosa para toda la sociedad. En este sentido, la participación de la ATM como miembro del CIDAI ha sido un factor clave para proporcionar un impulso esencial en la identificación de beneficios y oportunidades en la adopción de la IA.

Para adoptar con éxito la IA, será necesario disponer de una infraestructura tecnológica robusta y de un equipo de profesionales capacitados. Esto implica invertir en herramientas y plataformas que permitan gestionar grandes volúmenes de datos, así como formar a los trabajadores de la administración en competencias digitales y análisis de datos. Además, será primordial la creación de un entorno de trabajo que fomente la innovación y la creatividad, permitiendo a los equipos experimentar con nuevas soluciones y aprender de los errores.

Finalmente, el éxito de la implementación de la IA dependerá en gran medida de la aceptación y confianza de la ciudadanía y para ello la ATM debe comunicar de forma clara y transparente cómo se está utilizando la IA, qué beneficios espera obtener y qué mecanismos se han establecido para garantizar un uso responsable. Además, es importante abrir espacios de diálogo con la ciudadanía para escuchar sus preocupaciones y sus expectativas.

Para pasar de la planificación a la ejecución, la ATM deberá definir un conjunto de acciones concretas que permitan consolidar el uso de la IA de forma estructurada y sostenible. Estos primeros pasos de adopción de la IA se pueden resumir en:

  1. Adaptar la estructura organizativa. Es esencial crear y capacitar a un equipo dedicado a liderar la implementación de la IA, asegurando que esté alineada con los objetivos estratégicos de la ATM. Este equipo podría incluir roles como un responsable de IA (Chief AI Officer) o reforzar las funciones del Chief Information Officer (CIO) existente. Además, habrá que formar un comité multidisciplinar que supervise el uso de la IA, garantizando su impacto positivo y su cumplimiento normativo. También es necesario reforzar las áreas jurídicas y de ciberseguridad para gestionar aspectos como la protección de datos y el cumplimiento de normativas como el RGPD.
  2. Asegurar la financiación necesaria. La implementación de la IA requiere inversiones significativas en infraestructura, formación y desarrollo. Por eso, habrá que incluir el concepto de IA en los presupuestos de la ATM y explorar fuentes de financiación externa, como subvenciones europeas o alianzas con empresas tecnológicas y centros de investigación.
  3. Desplegar casos de uso prioritario. Un buen punto de partida es seleccionar proyectos pilotos de alto impacto y bajo riesgo que permitan evaluar los beneficios de la IA y ajustar su implementación antes de escalarlos en otras áreas. La ATM gestiona T-movilidad, que es un ecosistema digital de interacción entre el usuario y el transporte público, y que debe convertirse en un servicio clave para identificar estos casos de uso de valor añadido. Será clave monitorizar y evaluar los resultados para asegurar que se cumplen los objetivos establecidos.
  4. Garantizar la calidad y gobernanza de los datos. La IA depende de datos fiables y accesibles. Por eso, es necesario actualizar el catálogo de datos disponibles, especialmente los datos en tiempo real, y definir políticas claras para su gobernanza y mantenimiento. Esto incluye asegurar la interoperabilidad de los sistemas y la protección de los datos sensibles.
  5. Establecer un sistema de seguimiento y mejora continua. La implementación de la IA no es un proceso estático. Habrá que establecer un sistema de monitorización periódico para evaluar el rendimiento de los proyectos y ajustar la estrategia según las necesidades emergentes o la aparición de nuevas tecnologías. Esta flexibilidad permitirá adaptarse a los cambios y maximizar el impacto de la IA.

En conclusión, la incorporación de la inteligencia artificial a una administración pública como la ATM de Barcelona supone una oportunidad estratégica para transformar la movilidad en el área de Barcelona, haciéndola más eficiente, sostenible y adaptada a las necesidades de los ciudadanos. Con un enfoque fundamentado en la sostenibilidad, la inclusividad y la responsabilidad, y con una implementación estructurada que contemple el refuerzo organizativo, una financiación adecuada y la priorización de actuaciones, la ATM puede convertirse en un referente en el uso innovador de la IA en el sector público. A pesar de los retos que este proceso comporta, una planificación esmerada y un compromiso decidido permitirán impulsar un modelo de movilidad más inteligente, conectado y orientado a mejorar la calidad de vida de las personas.

Francesc Planas
Francesc Planas
Responsable de Desarrollo e Innovación en la Autoritat del Transport Metropolità (ATM)

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